miércoles, diciembre 13, 2006

Los musicales que nunca veremos

Se acerca el final de Hair. Berger marcha rumbo al avión que lo trasladará a la guerra. Sus amigos sólo lo volverán a ver en el cementerio de Arlington. El manifiesto antibelicista toma su fuerza a partir de la crudeza y de lo absurdo de esa situación. ¿Nos podemos imaginar una obra musical argentina que aborde de la misma forma la Guerra de Malvinas?

En la década del setenta, Buenos Aires se preparaba para asistir al estreno de Jesucristo Superstar, una superproducción a la que Alejandro Romay había decidido apostar a pesar del enrarecido clima político de la época. Un atentado contra el teatro Argentino anuló la posibilidad de ver en Buenos Aires la segunda obra de Andrew Lloyd Webber y seguramente su texto más controvertido. Hoy no sucedería lo mismo. ¿No?

Estos pensamientos se me dispararon cuando me enteré de la muerte de Augusto Pinochet en Chile. La desaparición impune del dictador me llevó a pensar si el juicio que la justicia chilena no fue capaz de realizar es posible llevarlo adelante en formato de Teatro Musical.

Por estas tierras tal vez asociamos al Musical con un género liviano, pasatista, donde la luz y el sonido son la máxima oferta para el espectador. Es verdad, hay musicales que son eso. Pero también hay infinidad de ejemplos, incluso de obras nacidas en Broadway, que indican lo contrario. Los dos mencionados al inicio son una muestra de ello.

Incluso dentro de esa supuesta tradición de "frivolidad" del Teatro Musical las posibilidades de realización son enormes. El humor y la ironía pueden decir (y golpear) mucho. Baste recordar a Charles Chaplin parodiando a Adolf Hitler en El gran dictador.

Y la historia argentina es lo suficientemente rica en situaciones como para que los guionistas generen textos por varios años. Veamos si la idea sirve.

Un desconocido cabo de la Policía Federal que en algunas ocasiones canta tangos en un perdido club barrial de Saavedra decide golpear las puertas de la residencia de un ex presidente argentino en Madrid. Logra ingresar e incorporarse a su círculo, primero como asistente menor, luego como secretario indispensable.

Además, ese ignoto cabo es adepto a las prácticas esotéricas, lo que lo lleva a establecer una relación estrecha con la esposa de ese ex presidente, una ex corista de cabaret que será conocida en el ámbito político por su seudónimo artístico.

El ex presidente logra retornar al poder y su secretario se transforma en una pieza clave del gobierno. En solamente un día ascenderá todo el escalafón policial que va desde cabo a comisario. Será ministro de Bienestar Social y creará una de las más terribles organizaciones parapoliciales que la historia haya conocido.

Como si todo esto fuera poco, intentará traspasar con sus poderes invocados al más allá, el espíritu carismático de la muerta segunda esposa de ese caudillo argentino hacia su nueva mujer, la ex corista, que en poco tiempo se convertirá en presidente de la Nación.

¿Alcanzan esas situaciones para construir una obra? Para quienes no conocen la historia argentina, ese cabo se llamó José López Rega, fue el organizador de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) responsable de la muerte y el exilio de cientos de argentinos.

El Teatro Musical está en condiciones de asumir la responsabilidad de transmitir la memoria colectiva a un público masivo. Instalar en la Avenida Corrientes historias dolorosas pero necesarias de recordar que a veces quedan relegadas a excelentes pero reducidas expresiones en el circuito off.

Ojalá que algún guionista tome la posta. Ojalá que algún productor se anime con la apuesta. Ojalá algún director sea capaz de generar un producto de calidad que no caiga en el aburrimiento. Y ojalá que como espectadores nos mostremos lo suficientemente maduros como para respaldar un proyecto de tal envergadura.

Tal vez, alguna vez veamos condenados sobre el escenario a los Videla, los Galtieri, los López Rega. Tal vez, alguna vez podamos escribir unas líneas sobre Los musicales que pensamos que nunca íbamos a ver.





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lunes, octubre 30, 2006

Sweet Charity, o de cuánto extrañamos a Fosse

No me gustan los finales tristes,
pero sí los melancólicos.

Se parecen más a la verdadera vida.
Bob Fosse

La cartelera teatral de Buenos Aires ha recibido recientemente un nuevo musical: Sweet Charity. Las críticas han sido favorables en forma casi unánime para el espectáculo que protagoniza Florencia Peña.

Cuarenta años atrás, esta obra subía por primera vez
al escenario en Broadway. Con más de 600 representaciones, fue nominada a 12 premios Tony, pero sólo obtuvo el premio a la mejor coreografía, realizada por Bob Fosse.

En 1969, Fosse asumió el desafío de realizar la versión cinematográfica, con Shirley MacLaine y John McMartin (éste había protagonizado la versión teatral) en los papeles protagónicos, y la presencia de importantes estrellas, como Chita Rivera, Sammy Davis Jr. y Ricardo Montalbán .

Bob Fosse dejaba la década del sesenta con 43 años y su talento exhibido frente al mundo. Los setenta lo mostrarían regalando nuevas genialidades (Cabaret, 1972; All That Jazz, 1979) y recibiendo las merecidas distinciones: fue la primera persona en ganar en un mismo año un Oscar (por Cabaret), un Tony (por Pippin) y un Emmy (por Liza with a Z).

Regresemos a Charity. Allí Fosse despliega todo su repertorio de creaciones. Su irreverencia, ironía, acidez, van de la mano de una estética sesentista manejada con enorme solvencia en función del relato de la historia.

También se da el gusto de homenajear a otros musicales: un cuadro que remite directamente a West Side Story (estrenada en Broadway en 1957, con versión fímica de 1961), junto al detalle de lujo de contar con la presencia de Chita Rivera; un número con reminiscencias de The Music Man (Broadway, 1957; Hollywood, 1962), cuando MacLaine representa I'm A Brass Band). No casualmente The Music Man había derrotado en 1957 a West Side Story en la competencia por el Premio Tony al Mejor Musical.

Como si todo eso fuera poco, en The Rich Man's Frug, se despliegan casi 6 minutos del más puro estilo Fosse. Casi un pequeño manual ilustrado: vestuario en blanco y negro, sombreros, chasquidos de dedos, movimientos de pelvis. Un pie hacia adelante en tensión (en tendu, debería decir un verdadero especialista), la espalda volcada hacia atrás, los codos hacia arriba y las muñecas que martillan para que los dedos marquen el ritmo. Al igual que Picasso, su perfecto dominio de la academia le permitía ser una verdadera y revolucionaria vanguardia.

Se podría señalar que Charity es tan emblemática de lo que fue Bob Fosse, que él murió en 1987 de un ataque al corazón en la calle mientras reponía el show en Washington (un año antes había vuelto a subir en Broadway protagonizada por Debbie Allen, la profesora de danza en la serie Fama).

Pero el tiempo pasó, y la vanguardia de Fosse devino en academia. Seguramente, si le dieran la posibilidad de volver a transitar los escenarios, hoy rompería con su propio estilo y volvería a crear, en una disciplina que muchas veces se aferra a los patrones establecidos y elige la recreación antes que la creación. Siempre se tienen a mano nuevos efectos especiales y juegos de luces para que el show bizz pueda facturar. Luz y sonido. La creatividad no es bien de cambio en el mercado.

Tal vez, como diría Antonio Machado, "en el arte, como en la política, los novedosos apedrean a los originales".

lunes, septiembre 25, 2006

Crítica: Víctor, Victoria

El espectáculo comienza antes de que se levante el telón. No hay platea. Frente al escenario, mesas y sillas dispuestas como en un cabaret parisino de la década de 1930. Sobre cada una de las mesas, un velador ofrece luz tenue que jugará a lo largo del espectáculo acompañando la trama de la obra.

La mezcla de idiomas y acentos en la sala da la pauta del boom turístico que vive Buenos Aires, y eso contribuye más aún a generar una sensación cosmopolita, de "gran mundo". Uno siente que está en el sitio del "gran" show.

Para preparar el espíritu, es posible ordenar algún trago y esperar el inicio disfrutando de la estética que diseñó para la sala Alberto Negrín (comentario útil para el espectador: los tickets para los tragos se pueden adquirir a mitad de precio en la boletería del teatro antes de ingresar).

Queda claro con este contexto que el espectador ya está convencido de que va a asistir a algo que lo va a seducir. Resta dejar correr las actuaciones para verificar si la sensación previa tiene justificación en el desarrollo de las actuaciones.


La historia


Victor, Victoria (1982) nació como una exitosa película de Hollywood dirigida por Blake Edwards y protagonizada por una Julie Andrews en el apogeo de su carrera. Narra las desventuras de una soprano que al no conseguir trabajo para cantar en París encuentra la posibilidad de personificar a un hombre, el conde Víctor Grezhinski, que pasará a ganarse la vida como transformista, esto es, cantando como la mujer que realmente es.

Victoria cuenta con la ayuda de un cantante gay venido a menos ("Teddy" Carroll, protagonizado en el film por Robert Preston) y, sin proponérselo, enamora a un gángster norteamericano: King Marchand (James Garner).

La trama girará entonces en torno a las dificultades de Victoria para convencer a King (y a otros personajes) de que efectivamente es un hombre, aunque su deseo es poder mostrarse como la mujer de la cual King se ha enamorado.

En 1995, Edwards montó la versión para Broadway, en un intento de volver a poner en los primeros planos a una Julie Andrews que ya no estaba en su mejor momento. La versión teatral resultó menos dinámica, hecho que fue muy bien salvado en la revisión del texto para presentarla ahora en Buenos Aires.


Las actuaciones

Todo lo que el espectador está esperando desde la previa se materializa cuando el show comienza. Las actuaciones de Valeria Lynch (Víctor/Victoria) y Raúl Lavié (
Teddy Carroll) están a la altura de lo que su trayectoria permite imaginar. No deben realizar demasiados pasos de baile y sus voces tienen toda la calidad necesaria para componer excelentes actuaciones.

En el caso particular de Lavié, delinea un gay de una sutileza maravillosa completamente alejado de todos los personajes que debió interpretar en tantas décadas de actuación.

Christian Giménez, reemplazo en el papel de King Marchand, cumple un buen papel, pero uno no puede sustraerse de imaginar en ese rol a Fabián Gianola, particularmente en el monólogo principal del personaje.

Quien se lleva todos los aplausos de los protagonistas es Karina K. En una actuación consagratoria maneja los hilos de la comedia con una enorme habilidad y una calidad técnica de nivel superlativo.

El resto del elenco no desentona para nada y el cuerpo de baile está a la altura del conjunto.


La puesta

Como señalábamos más arriba, la adaptación de la versión de Broadway gana en mucho respecto del original. El tiempo corre aceleradamente y se llega al final con ganas de ver y escuchar más.

Los desplazamientos sobre el escenario son precisos, el vestuario lujoso y la mano del director Gustavo Zajac (que además es el coreógrafo) le supo dar vuelo a los cuadros bailados y su experiencia en Broadway se nota especialmente en el sublime momento en que Karina K canta "por los aires".

En definitiva, una obra altamente recomendable, de inicio a fin.

viernes, septiembre 22, 2006

El Teatro Musical en la Argentina (I): una breve introducción

El momento de cantar es cuando tu nivel emocional es tan alto que ya no podés hablar más, y el instante de bailar es cuando tus emociones son demasiado fuertes como para cantar solamente sobre lo que estás sintiendo.
Bob Fosse

El musical en Argentina tiene una muy larga tradición. Desde las obras de origen nacional de las décadas del treinta al cincuenta, a las puestas de musicales extranjeros que comenzaron a multiplicarse a partir de la década del sesenta.

Paradójicamente, a pesar de ser un género con tanta historia, recién hace muy poco se publicó material específico sobre la cuestión (Historia de la Comedia Musical en la Argentina, de Pablo Gorlero) que realiza un pormenorizado recorrido histórico pero no profundiza en materias conceptuales que deberían ser objeto de debate y análisis.

En la actualidad, la oferta de teatro musical en la Ciudad de Buenos Aires ha crecido geométricamente. Sin embargo, es reducido el número de obras de temática nacional que están en cartel y las grandes producciones se orientan a traer al país creaciones que han triunfado en Broadway.

Una excepción a ello son las obras de Pepe Cibrián-Campoy (junto a Ángel Mahler), pero aun así sus composiciones abrevan en temas no vinculados a la realidad argentina y cuyo estilo parte de la misma estructura clásica del musical internacional. Otro tanto podría decirse de Juan Rodó, que este año presentó su Jack el Destripador, en una línea similar.

En la primera mitad del siglo XX, los musicales argentinos tenían su base en el tango y el folklore, y reflejaban historias netamente autóctonas. Autores como Francisco Canaro, Mariano Mores o Ivo Pelay triunfaban y llenaban salas desde ese lugar.

No caben dudas de que el gran productor de musicales de las últimas décadas ha sido Alejandro Romay. Desde el puntapié inicial que dio con Mi bella dama, en 1961, hasta la actualidad de Víctor, Victoria (ya con el concurso de su hijo Diego), ha llevado arriba del escenario grandes clásicos de Broadway como Hair, Aplausos, Pipín, Chicago, El Hombre de la Mancha, o el fallido Jesucristo Superstar.

Ha sido él quien ha generado espectáculos de temáticas y sustento musical nacional en los últimos años, hablando siempre en el orden de las mega producciones (porque han habido propuestas, y algunas muy válidas, en el off-Corrientes, como Yupanqui, Tierra y Pasión, que se presentó en el Teatro de la Comedia). La referencia específica es a Nativo y Tanguera.

La primera de las obras, presenta el choque de civilizaciones que significó la guerra a los pueblos originarios, con la valentía de presentar la situación con características de genocidio, y partiendo desde ritmos propios como el Gato, la Chacarera, la Zamba o el Escondido.

Hay que señalar que la puesta en escena y dirección coreográfica estuvo a cargo de Gustavo Zajac (director ahora de la exitosa Víctor, Victoria), quien mostró que es posible trabajar con autores como Eladia Blázquez y "Colacho" Brizuela tanto como ser coreógrafo en Broadway de Chita Rivera y Antonio Banderas (Nine, 2003) o Alfred Molina (El violinista sobre el Tejado, 2004).

Tanguera, por su parte, coreografiada por Mora Godoy, es un tradicional relato con francesita incluida, cuadros de cabaret porteño, guapos orilleros y todos los ingredientes presentes en el género más representativo de Buenos Aires.

Más allá de estos ejemplos, no hay una corriente que se enlace con aquellos musicales fundacionales del siglo pasado.

Hasta aquí, sólo una descripción de la realidad. Hacia adelante, avanzaremos en intentar bucear en las causas que la han generado, no con la intención de polemizar ni criticar lo existente, sino para tratar de pensar porqué la diversidad cultural no está presente en un género que es capaz de reunir en el show bizz expresiones artísticas como el teatro, la danza y el canto.

martes, agosto 01, 2006

Poiesis II

Este texto también data de comienzos de este siglo.

El hombre del neolítico estaba feliz. Acaba de recibir su nuevo amuleto de manos del sacerdote de la tribu. Había entregado una parte importante de su cosecha y comprometido buena parte de las dos cosechas futuras.

Pero valía la pena. Ahora sería respetado y admirado. Los días de descanso, se sentaría bajo un árbol a sacarle lustre y luego se pasearía luciéndolo orgulloso sobre su pecho, mientras observaba como todas las miradas se volvían hacia él, o al menos eso es lo que el imaginaría.

No importaba el sacrificio realizado, ni tampoco importaba que su familia no tuviera la holgura esperada en los próximos dos años. Ya no sería uno más de la tribu.

En cambio, nosotros nos hemos "civilizado" y no tenemos comportamientos tan irracionales como aquel hombre del neolítico. Ahora, racionalmente, juntamos hasta el último pesito para poder comprar un auto nuevo.

Racionalmente, correremos detrás del pago de las cuotas por los próximos años.

Racionalmente, los domingos lo lustraremos y lo dejaremos limpio y brillante, para poder salir a pasear con la familia mientras imaginamos que todos admiran nuestra nueva adquisición.

Ya no somos uno más del
barrio. Pero, afortunadamente, nadie pensaría en la similitud de ambos comportamientos.

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El hombre del neolítico disfrutaba del amor, aunque la ciencia no se detenga en esa cuestión. Al igual que nosotros podía sentir, o pensar, cosas como ésta:

Pequeña
rosa,
rosa pequeña,
a veces
diminuta y desnuda,
parece
que en una mano mía
cabes,
que así voy a cerrarte
y llevarte a mi boca,
pero
de pronto
mis pies tocan tus pies y mi boca tus labios,
has crecido,
suben tus hombros como dos colinas,
tus pechos se pasean por mi pecho,
mi brazo alcanza apenas a rodear la delgada
línea de luna nueva que tiene tu cintura:
en el amor como agua de mar te has desatado;
mido apenas los ojos más extensos del cielo
y me inclino a tu boca para besar la tierra.

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El hombre del neolítico sufría el amor, aunque la ciencia tampoco se detenga en esa cuestión. Al igual que nosotros podía sentir, o pensar, cosas como esta otra:

Hoy definitivamente partió el amor.
Hoy asistí a su entierro.
Lo acompañé hasta su última morada.
Fue una partida silenciosa,
no hubo más llanto que el mío.
No hubieron grandes ceremonias.
No hubieron discursos grandilocuentes,
sólo unas torpes y breves palabras mías,
pidiendo disculpas por no haberlo matado antes.
Acertada eutanasia la que acaba con el amor en el momento justo.
Hoy se fue el amor.
Hoy emprendió ese viaje sin regreso.
Quedará su recuerdo flotando en alguna parte.
Quedarán imágenes sueltas, deshilvanadas.
A lo lejos, parecerá perfecto,
grandioso,
único,
mágico.
Pero fue un simple y terreno amor.
Lleno, por supuesto, de palabras maravillosas.
Como las que visten siempre a todo amor.
De las que se sienten y se dicen,
pero que se dicen y pasan.
Hoy enterré al amor.
Y el mundo siguió girando.
Me detuve a esperar
que el planeta entero hiciera
un minuto de silencio.
Y nada.
Sólo yo lo he percibido.
Nada más ha cambiado.
Hoy enterré al amor.
Y, sin quererlo,
sin desearlo,
sin proponérmelo,
enterré un poco de mí con él.
Un poco no, mucho.

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Como decía Rodolfo Kusch, "el indio estaba con un pie en el suelo, y con el otro en lo sagrado. Nosotros, en cambio, somos rengos: estamos con un pie en el cemento y con el otro en el vacío".

Él tenía su tótem, nosotros nuestro título. Con eso se enfrenta al mundo, se adquiere prestigio.

Él tenía una ventaja: cuando el tótem le fallaba, tenía a
quién reclamarle. Él invocaría a sus dioses cuando el amor lo abandonaba. Haría un rito de purificación, una catarsis adecuada, y el mundo se regeneraría para volver a empezar.

Nosotros sentimos allí, como en tantas otras ocasiones, o más agudamente acaso, que una parte de nosotros está irremediablemente apoyada en el vacío.

¿Qué es el periodismo ciudadano?

El periodismo ciudadano es un término que ha surgido en los últimos años para intentar definir a nuevos espacios de carácter periodísticos que conviven en el mundo de la Web. En Estados Unidos también se lo ha llamado periodismo participativo y se lo define como aquel en el cual los ciudadanos toman parte activa en la recolección, elaboración, análisis y difusión de la información.

El hecho de hablar de ciudadanos no se contrapone con el oficio del periodista. Pueden existir periodistas ciudadanos (
citizen reporters, preferido en inglés) que sean periodistas profesionales. El matiz particular se encuentra en el lugar en que cada ciudadano se para frente a los grandes emisores de noticias.

Por tanto, el periodismo ciudadano debe, necesariamente, ser alternativo a los grandes medios de comunicación. Ya sea desde un enfoque diferente sobre noticias corrientes, ya sea por abordar noticias que no son tratadas por aquellos.

Para J. D. Lasica, algunos de los nuevos medios que pueden expresar el periodismo ciudadano son:
- Aquellos que fomentan la participación de la audiencia que contienten, por ejemplo: comentarios de los usuario en relación a las noticias publicadas, blogs personales, fotos o videos capturados por cámaras fotográficas personales, o noticias locales escritas por los residentes de una comunidad).
- Sitios Web informativos independientes.
- Medios informativos elaborados desde la idea del periodismo participativo.
- Emisoras personales de radio y televisión que transmiten a través de internet.

Todavía es parte del debate si los weblogs deben incluirse dentro del ámbito del periodismo ciudadano. En este sentido, cabe señalar que la Corte Suprema de California estableció en un fallo del pasado 26 de mayo que los blogs que difunden información están alcanzados por los mismos derechos de protección de confidencialidad y libertad de expresión que alcanza a los medios tradicionales en los términos que establece la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.

martes, julio 25, 2006

El Foro de OhmyNews (II): Detrás de la escena

Traducción del artículo originalmente publicado en la edición internacional de OhmyNews el 21 de julio.

Las sesiones del 2do. Foro Internacional de Reporteros Ciudadanos fueron realmente grandiosas. Cada uno de las presentaciones de los principales expositores permitieron a todos los asistentes la posibilidad de incrementar su conocimiento. Todos tuvieron también la posibilidad de aprender un poco acerca de la vida de otros reporteros ciudadanos, escuchar las voces y ver las caras que había detras de los nombres que leemos en las historias publicadas en OhmyNews cada día.

El Foro no se limitó a las sesiones. Cada momento del evento fue muy intenso y, al mismo tiempor, muy fugaz. Los desayunos, almuerzos y cenas fueron tan importantes como las sesiones. Cada simple conversación en esas ocasiones se volvía un intercambio de conocimientos y experiencias.

El programa nos tuvo bien ocupados y nos quedaba muy poco tiempo para poder conversar libremente. Entonces, usamos para eso cada momento libre que tuvimos. Todos fueron muy generosos en compartir sus propias experiencias. Todos queríamos conocer más acerca de la realidad del periodismo en cada país y comparamos similitudes y diferencias.

El reportero ciudadano indio Suhit Anantula hablando de su país


Una de las discusiones más profundas se dio acerca del rol de los periodistas profesionales en el mundo del periodismo ciudadano. La relación no es contradictoria sino complementaria. La responsabilidad de chequear las fuentes, por ejemplo, necesita quedar en las manos de profesionales experimentados.

Pero nada tiene validez sin la visión de los reporteros ciudadanos comunes que aportan un conjunto de puntos de vista, la diversidad que el nuevo periodismo requiere.

La noche de Seúl


Por supuesto, los participantes del Foro eran gente común y también hubo tiempo libre para un poco de diversión.

Las reporteras ciudadanas Ana M. Brambilla (Brasil), Claire Ulrich (Francia)
y Maria P. Sandoval (Chile) le enseñan al mundo a cantar


Uno de los momentos más exitosos estuvo en los noraebang (término coreano para designar al karaoke). Allí, los reporteros ciudadanos pudieron mostrar sus talentos para el canto y llevarse esos recuerdos para sus vidas.

Erik K. Larsen, CEO y Co-fundador de Flix.dk, una revelación nórdica


Este fue un Foro para ser recordado, una oportunidad de aprender, hacer amigos, compartir experciencias, intercambiar ideas y, especialmente, construir un equipo para trabajar de cara al futuro del mundo. future.

martes, julio 18, 2006

El Foro de OhmyNews (I): Llegar fue solamente la mitad de la diversión

Traducción del artículo publicado en la edición internacional de OhmyNews el 17 de julio de 2006.

Los lectores de OhmyNews saben del éxito del 2do. Foro Internacional de Reporteros Ciudadanos. Ellos pudieron seguir online lo que sucedió durante la semana pasada en Corea y han leído las excelentes presentaciones y las actividades que allí se realizaron.

Creo que también puede ser interesante -o agradable al menos- que nuestros lectores conozcan qué significó esa experiencia para quienes tuvieron la fortuna de estar allí.

La pesadilla burocrática

Soy un reportero ciudadano que ha publicado sus historias en Ohmynews desde Octubre de 2005. Recibí la invitación de Jean Min para viajar a Seúl y participar en el Foro el 23 de mayo. No lo podía creer. Sonaba demasiado bueno para ser verdad. Pero lo era.

Después de eso, comencé con los trámites para renovar mi pasaporte. En tres semanas debería estar listo, pero un mes más tarde, todavía seguía esperando.

El 30 de junio, finalmente lo obtuve. Era viernes. El lunes siguiente, llamé por teléfono muy temprano a la embajada de Estados Unidos porque necesitaba una visa de tránsito para poder llegar a Seúl. Me dijeron que mi entrevista podía ser el 17 de agosto. Ése fue mi primer "¡Dios mío!".

Inmediatamente, llamé a todas las personas que creía que me podían ayudar: la oficina de prensa de la embajada, políticos, amigos de políticos, amigos de amigos de políticos, diplomáticos, colegas...

Cuando hablé con la cuñada de un ex Canciller de Argentina, ella me dijo: "cuando él era Canciller, a veces la embajada de Estados Unidos rechazaba sus pedidos para adelantar entrevistas para tramitar visas. Ése fue mi segundo "¡Dios mío!.

El martes 4 de julio era el feriado de la Independencia de los Estados Unidos. El miércoles, recibí un mail de la embajada en el que me decía que la entrevista por la visa solo se podía modificar en caso de una enfermedad grave de un familiar que viviera en Estados Unidos.

Jean Min, el staff completo de OMNI (Todd Thacker, Euntaek Hong, entre otros) y yo comenzamos a buscar alternativas para viajar a Corea sin necesidad de una escala en los Estados Unidos. Todo el mundo en OMNI fue de lo más amable, pero ninguna alternativa apareció.

Esa noche del miércoles, asumí que no viajaría a Corea.

Muy temprano en la mañana del jueves, recibí un llamado de la embajada de Estados Unidos. Me preguntaron si podía tener la entrevista para la visa el viernes a las siete y media de la mañana. No me alcanzaban las palabras para decir "si, claro, seguro, lo que uds. quieran".

Muy dormido fue a la cita. Después de esperar tres horas, mi visa fue aprobada. ¡Podría viajar a Corea! No sé quien logró modificar la entrevista, pero en ese momento sólo podía decir "¡gracias a Dios!".

Un camino largo y sinuoso

Julio 10, 3 de la tarde, hora argentina:Llegué al aeropuerto internacional de Ezeiza. Está ubicado a una hora del centro de Buenos Aires. Hice mi check in en el mostrador de Lan Chile para el itinerario previsto: Buenos Aires (Argentina), Santiago de Chile, Lima (Perú), Los Ángeles (USA), Seúl (Corea). ¡Qué viaje!

Julio 10, 4 de la tarde, hora argentina: Con mi bording pass en la mano hice los trámites migratorios y comencé a esperar el llamado para embarcar.

July 10, 5 y media de la tarde, hora argentina: Un anuncio por los parlantes del aeropuerto: "Pasajeros del vuelo 601 de Lan Chile, favor de acercarse a los mostradores de la compañía. El vuelo está demorado".

Julio 10, 6 de la tarde, hora argentina: Despues de esperar una larga cola, un amable empleado de Lan me dijo: "Su vuelo está demorado, señor. Discúlpeme, le dije, "pero yo tengo una conexión en Santiago para volar a Los Ángeles". "¡Qué pena, señor", me respondió, "va a tener que viajar mañana". Ese fue mi tercer "¡Dios mío!"

Julio 10th, 7 de la tarde, hora argentina: Después de una hora de discusiones, en las que les hice entender que no tenía otra opción, me econtraron un vuelo de América Airlines hacia Los Ángeles, con una escala en el aeropuerto de Dallas (Fort Worth). Otro paso más cerca de Seúl.

Julio 10, 9 y media de la noche, hora argentina: El vuelo de América Airlines despegó. La aventura comenzaba.

Julio 11, 8 y media de la mañana, hora argentina: El vuelo aterrizó en Dallas. Era mi primera vez en los Estados Unidos y debía ir desde el área internacional del aeropuerto hacia el sector de vuelos de cabotaje.

Aeropuerto de Dallas-Fort Worth

Ése es uno de los más grandes aeropuertos de los Estados Unidos y un moderno tren me llevó al lugar preciso donde debía tomar mi siguiente vuelo.

Tren interno del aeropuerto de Dallas

Julio 11, 9.45-11:45 de la mañana, hora argentina: Volando rumbo a Los Ángeles. En el aeropuerto de LA pude verificar las estrictas medidas de seguridad que se aplican despues del 11 de septiembre y que dejan de lado buena parte de los derechos individuales. Por momentos, me sentía en la Argentina de la dictadura de los setenta.

Aeropuerto de Los Ángeles

Julio 11, 2 de la tarde, hora argentina: En el mostrador de Korean Air me recibió una muy gentil coreana que me preguntó -mirnando mi pasaporte- si vivía en Argentina. Cuando le respondí afirmativamente, ella me dijo en perfecto español: "¡Qué bueno! Yo crecí en Buenos Aires. Adoro esa ciudad". Sin dudas el viaje se volvia sorprendete.

July 11, 3 de la tarde, hora argentina: Esperando mi vuelo, encontré a María Pastora Sandoval, una reportera ciudadana chilena a la que aún no conocía personalmente. Los nombres que acostumbraba leer en OMNI se iban convirtiendo en caras reales.

July 11, 5 de la tarde, hora argentina: Comenzaba la última etapa hacia Seúl. A bordo del avión, tuve mi primer encuentro con la comida coreana. Muy sabrosa; muy, muy picante.

July 12, 5 de la madrugada, hora argentina: Aterriazamos en el aeropuerto internacional de Incheon, Corea. Después de treinta y nueve horas de haber salido de mi casa, el sueño del Foro se volvía realidad, pero esa es otra historia.

Cartel de recepción en el Aeropuerto de Incheon

lunes, julio 17, 2006

Historias desde el muy lejano sur

Presentación efectuada en el Segundo Foro Internacional de Periodismo Ciudadano, el pasado jueves 13 de julio. Parte de la exposición fue reproducida en la edición digital de OhmyNews International y en la edición semanal impresa de OhmyNews Corea. La actividad completa en la que fue presentada puede verse en video a través de Internet (Session 3).

Buenas tardes. Creo que hay algo de mágico en este encuentro, con gente de lugares tan diferentes. Creo que OhmyNews tiene esta magia. Dije "buenas tardes", pero es mejor si digo "buenos días, buenas tardes, buenas noches", porque hay mucha gente, en todo el mundo, mirándonos a través de la Web TV.

Por ejemplo, en Argentina, son las dos de la madrugada y hay gente mirándonos en este momento y esto nos une a pesar de los 20.000 kilómetros de distancia que nos separan. Eso es realmente mágico. Y si ustedes logran comprender un poquito mi inglés eso será verdaderamente mágico.

En septiembre de 2005, leí una entrevista a María Pastora Sandova en la edicion online de
El Mercurio, de Santiago de Chile. En ese artículo, María Pastora contaba sus experiencias en el primer Foro Internacional de Reporteros Ciudadanos y de cómo se vinculo a OhmyNews.

Después de eso, fui hasta el sitio de OhmyNews International y me registré como reportero ciudadano y comencé a enviar historias que intentan reflejar las realidades de Argentina y América Latina desde mi propia perspectiva.

Encontré que el editor de OhmyNews Todd Thacker y todo su equipo era inusualmente generosos en la ayuda que me prestaban y en el trabajo que hacían para transformar mi realmente pobre inglés.

Aprendí muchas cosas a través de OhmyNews International que no había experimentado antes en veinte años de trabajo periodístico. Por ejemplo, aprendí a omitir detalles que solo pueden ser interesantes para los lectores locales y, al mismo tiempo, a hablar sobre cosas que estan implícias para ellos pero que son desconocidas para los lectores globales.

El aspecto más enriquecedor de escribir para OhmyNews es, probablemente, recibir comentarios de gente de todo el mundo. El intercambio con otros reporteros ciudadanos también me ha permitido apreciar diferentes puntos de vista.

En un mundo donde la libertad de empresa pisotea a la libertad de prensa, la propuesta de OhmyNews me sedujo porque siento que me permite crecer diariamente como periodista y también a nivel humano.

Después de veinte años de democracia en Argentina, todavía hay limitaciones a la libertad de expresión. Los gobiernos democráticos, paradójicamente, permitieron que el mercado de los medios de comunicación fuera monopolizado por un grupo selecto.

En los noventa, se conformaron poderosos grupos multimedia que hoy dominan el mercado de los diarios, radio y televisión, dejando muy poco espacio para las voces alternativas.

La situación es todavía más seria en el interior del país, donde familias vinculadas al poder político y económico poseen los medios en asociación con los grandes grupos nacionales.

Al mismo tiempo, la actual Ley de Radiodifusión fue elaborada durante la última dictadura militar y, por ejemplo, no permite a las sociedades cooperativas poseer canales de cable.

Todo esto ha configurado un mercado oligopólico en el que es difícil para los periodistas nadar contra la corriente.

El potencial del periodismo ciudadano es importante, en especial en los grandes centros urbanos: Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza. En esas ciudades es probable que sitios de periodismo ciudadano puedan desarrollarse con información de nivel local.

El crecimiento económico de los años que siguieron a la crisis de 2001 permitió que la clase media recuperara buena parte de sus ingresos habituales. Eso, por su parte, ha permitido un crecimiento exponencial de las conexiones domésticas de banda ancha lo que puede contribuir al desarrollo del periodismo ciudadano basado en internet. Cuando a eso se suma la histórica alta alfabetización y el tradicional interés por las noticias, el futuro del periodismo ciudadano en Argentina presenta buenas perspectivas.

A pesar de que la circulación de diarios ha caído en los últimos años, a la par del decrecimiento del hábito de lectura en general, las jóvenes generaciones argentinas han tomado Internet como su ámbito de relación. Esto hace que sean una potencial audiencia para el periodismo ciudadano, especialmente si se les permite participar en la generación de los contenidos.


El Sr. Oh dijo en su mensaje de bienvenida que la información y los valores todavía fluyen de arriba hacia abajo, del Oeste al Este, del Norte al Sur.

Conocemos muy bien eso. Vivimos en el fin del mundo. He viajado desde el lejano Sur. Pero el Sur no tiene solamente un sentido geográfico. Cuando decimos Sur, también queremos decir pobreza, exclusión, desigualdad (y lo mismo podemos decir cuando hablamos del Este).

En este sentido, hay Sur no solamente en el sur. Hemos visto Sur en los Estados Unidos después del huracán Katrina. Vemos todos los días pequeños Nortes en las ciudades de América Latina y de África. Hay un Sur informativo en la Italia de Silvio Berlusconi.

OhmyNews rompe esa lógica. OMNI no a creado un centro sino una red. Contribuye, creo, a generar flujos Sur-Sur, Este-Sur, Abajo-Arriba, Periferia-Centro.

Y cada vez que OhmyNews publica una historia que los grandes medios acostumbran ocultar, es un pequeño paso hacia un mundo mejor. Podemos hacerlo. Lo estamos haciendo.

Muchas gracias.