domingo, junio 06, 2010

Obrero de la plabra, antes que nada

"Sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles". (Rodolfo Walsh)

Obrero de la palabra, antes que nada. Con el propósito y la esperanza de edificar una sociedad más justa, más inclusiva, más solidaria. Artesano antes que profesional. Trabajador antes que intelectual. No por el mero hecho de renegar de la profesión o del intelecto. Más allá de tener la convicción que el nuestro es antes un oficio que una profesión. Sino porque el profesionalismo o la intelectualidad se han transformado en instrumentos de adormecimiento de la rebeldía. Emilio Jáuregui, presente! No porque el periodista no merezca las máximas condiciones dignas para desarrollar su labor. Como los maestros. Como los carpinteros. Sino porque detrás de la profesionalidad suenan los cantos de sirena que invitan a convertirse en instrumentos de dominación antes que en servidores de la sociedad. Rodolfo Walsh, presente! Porque hay quienes creen que se defiende la libertad de prensa cuando, en realidad, están defendiendo la libertad de empresa. Porque la panza llena a veces hace olvidar los momentos en que el estómago crujía. Porque los gráficos y los periodistas fueron de los primeros en el mundo en conformar organizaciones gremiales para defender sus derechos. José Luis Cabezas, presente! Porque en mi limitada cantidad de neuronas sigue sin poder entrar que el ejercicio del periodismo es defender al patrón antes que a la gente. Porque ya bastante me cuesta aceptar que se deba decir "gente", "comunidad", "sociedad civil", en lugar de "pueblo", término erradicado del discurso político y mediático. Más de cien colegas detenidos-desaparecidos, presentes! Porque mal que les pese a los poderosos, mientras un periodista digno siga en pie, no podrán impunemente ejercer su dominio. Y cuesta. 30.000 compañeros en Argentina ha costado la batalla. Cientos de miles en toda la América Morena. Siguen cayendo colegas en Colombia, México, Medio Oriente. Porque debemos pensar en nuestros afectos, en nuestros hijos. Y, a veces, en algunos instantes logran amedrentarnos. Pero, qué mala fortuna la de ellos, tan poderosos, tan omnipresentes, tan omnipotentes, que luego de sacudir la cabeza decidamos retornar a la batalla. Que es cotidiana. Que muchas veces parece mínima, y ellos se burlan. Pero en cada redacción del planeta, en cada micrófono de provincias, en cada imagen captada en nuestros golpeados territorios, se siguen alzando las palabras que los enfrentan. Obreros de la palabra. Ni más, ni menos. Laburantes. Con una pretensión que el sistema no perdona: ser dignos. Y algo que menos perdona, aspirar a que cada habitante de nuestros países tenga para sí una vida digna.
Y si en algún lugar del planeta los vientos parecieran ser adversos, a recordar las palabras talentosas de quien sí fue capaz de jugársela de verdad, y no haciendo torpes artilugios dialécticos como quien esto escribe: "Superarán otros hombres el momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor".
Feliz Día del Periodista a todos las compañeras y compañeros!