martes, noviembre 13, 2007

Himnos

Existen muchas canciones referidas al mundo del espectáculo. Algunas de ellas, a mí me suenan como verdaderos himnos que describen la magia de ese ámbito. Ayer, después de mucho tiempo volví a escuchar una de esas canciones y quería compartirla aquí -junto con algunas otras más-, como simple homenaje a quienes aman ser artistas y nos regalan desde el escenario, y desde lo cotidiano, todo su arte. Gracias por ayudarnos a vivir.


Viejo Varieté (María Elena Walsh)

Enciendanse
las nuevas luces del viejo varieté,
puede volver
el bailarín que imitaba a fred astaire.
Hoy como ayer,
necesitamos olvido y el placer
de ver a los artistas,
esos ilusionistas
que hacen el mundo desaparecer.

Frac trajinado y harapo de lamé,
siempre es igual,
carton pintado y un fondo musical:
disimular,
que el espectáculo debe continuar,
la concurrencia espera
sonrisas por afuera
y por adentro ganas de llorar.

Pasaron guerras y revoluciones,
perdimos unas cuantas ilusiones,
como la del cuento extraordinario
que alguien repite desde un escenario.
Tuvimos padres que nos castigaron,
tuvimos hijos que nos criticaron,
todos idénticos delante
la feria magica de los cantantes.

El Music Hall
es Judy Garland eterna como el sol,
y el ‘’nadie’’ aquel
que espera un día cantar como Gardel.
Una canción,
la moda cambia
no la fascinación,
ahí llegan los artistas,
mientras el mundo exista
no se suspende la función.


Actuar para vivir (Fito Páez)

Y aquí te aplaudirán, te aplastarán,
aquí la frustración, la piel, las ganas,
aquí serás payaso y domador,
aquí serás el juez y el perdedor,
aquí se invertirán los roles
para usted.
Usted que está allí,
nosotros arriba;
la calle, el escenario.
Digamos mejor
que es necesario
actuar para vivir.

Y en un fatal primer acto nacemos,
cambiando siempre el vestuario y el juego,
siempre tras la emoción
que es el sueldo esencial.
Siempre tras la noche
y las mesas de café,
jaqueamos la inteligencia como peón al rey,
jaqueamos la inteligencia, la hacemos canción.

Toda esa magia escondida,
la de los altos telones,
no es nada más que un anhelo de dos:
la gente, el actor,
las ganas de verse ahí.
Se escuchó el último aplauso,
se fueron todas las luces,
quedaron sólo fantasmas de ayer,
sin nombre, sin tez,
mañana quizás este el mío.


Quedan los artistas (Enrique Pinti)

Pasan los años, pasan los gobiernos,
los radicales y los peronistas,
pasan veranos, pasan inviernos,
quedan los artistas.

Pasan las crisis y pasan las guerras
pasa la prensa sensacionalista
las prohibiciones, las listas negras,
quedan los artistas.

Pasan los mecenas, pasan los censores,
pasan hipócritas y moralistas,
tiempos peores y tiempos mejores,
quedan los artistas.

Pasan la belleza y la juventud
los pesimistas y los optimistas
pasan las pestes, pasa la salud,
quedan los artistas.

Si no fuera por Homero y por ese Partenón,
quién sabría algo de Grecia y su civilización.
Roma sigue siendo Roma aunque la quemó Nerón,
no habrá censura que pueda contra el Decamerón.
Hitler ocupó París y mucha gente temblaba
pero no pudo lograr que la Gioconda llorara.
La fuente de Lola Mora sigue tan desfachatada
y ni Franco consiguió que La Maja se tapara.

Por eso no le temo a las pasiones
ni a la vejez ni a los psicoanalistas
ni a los fracasos ni a las frustraciones
porque soy artista.
De veras que no sé si bueno o malo
ni más ni mucho menos que humorista
que ha recibido elogios y algún palo
como todo artista.

Y ustedes al venir me dan más fuerza
no habrá fantasma que se nos resista
ni crisis que nuestra senda tuerza
mientras ustedes cuiden a sus artistas.

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