sábado, junio 21, 2008

Don Mario

Por estos días, al entrañable Mario Benedetti se le ha dado por entablar batalla con algunas musas perversas que lo hacen reposar obligatoriamente en una cama de terapia intensiva.

Lo recordamos aquí con algunos de sus textos, para invocar musas benevolentes que le permitan diseñar poemas en el lugar del universo que él más desee.


Hagamos un trato

Compañera,
usted sabe
que puede contar conmigo,
no hasta dos ni hasta diez
sino contar conmigo.

Si algunas veces
advierte
que la miro a los ojos,
y una veta de amor
reconoce en los míos,
no alerte sus fusiles
ni piense que deliro;
a pesar de la veta,
o tal vez porque existe,
usted puede contar
conmigo.

Si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo,
no piense que es flojera
igual puede contar conmigo.

Pero hagamos un trato:
yo quisiera contar con usted,
es tan lindo
saber que usted existe,
uno se siente vivo;
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos,
aunque sea hasta cinco.

No ya para que acuda
presurosa en mi auxilio,
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.


Te quiero

Tus manos son mi caricia,
mis acordes cotidianos;
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia.

Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice, y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada;
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro.

Tu boca que es tuya y mía,
Tu boca no se equivoca;
te quiero por que tu boca
sabe gritar rebeldía.

Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Y por tu rostro sincero.
Y tu paso vagabundo.
Y tu llanto por el mundo.
Porque sos pueblo te quiero.

Y porque amor no es aurora,
ni cándida moraleja,
y porque somos pareja
que sabe que no está sola.

Te quiero en mi paraíso;
es decir, que en mi país
la gente vive feliz
aunque no tenga permiso.

Si te quiero es por que sos
mi amor, mi cómplice y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.



3 comentarios:

viejana dijo...

Maravilloso Benedetti. No te mueras nunca.
Demos gracias a sus musas buenas que le han permitido salir de esta crisis.

Anónimo dijo...

Hola Fernando,

has (hemos) recorrido un largo camino desde las escaleras de FI-UBA hasta hoy. Te encuentro inesperadamente en una actividad completamante distinta a aquella en que te conocí en 1983(!).
Y es una sorpresa agradable tu elección de Benedetti.

Un abrazo,
Raúl Castro
(Analista de sistemas radicado al norte de la Selva Negra)

Fernando Marino-Aguirre dijo...

Raúl, en tu caso un camino de muchos kilómetros!!! Ha quedado un tanto lejana la escuela de la Philips, no?
Escribíme cuando quieras, kalonik@gmail.com
Saludos from the very far south