miércoles, diciembre 19, 2007

Poiesis IV

Cada noche,
la luna insiste
en entrometerse en mis sueños,
para acercar tu presencia...

Hubo semanas en que estuvo ausente.
Parecía que nunca más
tu corazón brillaría en mi alma...

Ahora, ella te trajo nuevamente.
Caprichosa,
no ceja en su intento.
No se rinde,
persiste,
regresa.
Y con ella, tú.

Cómo huir ahora...
Cómo alejarme,
si tus dedos se enroscan en mi pelo,
si tus ojos se encierran en los míos,
si tus labios se demoran en mi cuello,
si tus manos se pasean por mis hombros,
si tus pechos se duplican en mi cuerpo,
si tu vientre me llama estremecido,
si tus piernas forman una con las mías.

Trato de despertar.
No lo consigo.
Le pido a la luna
que se apiade de mi espíritu.
Y vuelven tus largos dedos,
y regresan tus profundos ojos,
y se reiteran tus dulces labios,
y se repiten tus tibios pechos,
y no se rinde tu salobre vientre,
y no se marchan tus hechiceras piernas.

Si pudiera borrar tu cuerpo,
si pudiera alejarlo para siempre...
Nada conseguiría de ese modo.
Nada lograría al borrar tu carne.
Porque tu alma seguiría viva;
porque tu corazón aún latiría;
porque tu amor no es cuerpo, es magia;
porque esa mitad mía
no es sangre y huesos.

Si sólo fueras cuerpo...
Si sólo fueras alma...
Pero no.
Tus ojos mueren en mi alma,
y renacen en tus labios.
Tu corazón se pierde por mis dedos,
y reaparece entre mis piernas.
Tus pechos se esfuman en mi amor,
y vuelven a cargar desde tu vientre.

Noche, luna, ausencia.
Corazón, alma, nuevamente.
Caprichosa, persistencia, huída.
Dedos, pelo, ojos, míos.
Labios, cuello, manos, hombros.
Pechos, cuerpo, vientre, estremecido.
Piernas, huesos, sangre, viva.
Alma, corazón, amor, magia.
Mitad...

Morir y renacer,
perder, reaparecer,
esfumarse, cargar.

Todo junto te nombra, amada mía.
Conjuro ritual que te eterniza.
La cifra mágica regresa...
O no se fue nunca...
O estuvo siempre...
O estará siempre...

Sabrá la luna acaso.
Ella me guiará certera.
Hasta entonces,
procuraré asistir al hechizo.
De nombrarte.
De con palabras matar el sueño
para resucitarte completa con la magia,
de ser en ti, mujer amada.

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